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Identifica la conducta que te produce la culpa. Piensa qué es lo que te hace sentir culpable para poder detectarlo. - Acepta que los errores forman parte de la persona, son la clave del aprendizaje y del cambio, y no un signo de torpeza o fracaso.
- Piensa que no se puede ser perfecto en el cumplimiento de normas, sobre todo cuando tenemos la tendencia a exigirnos más de lo que podemos dar.
- Expresa verbalmente cómo te sientes, tu arrepentimiento ante el error cometido.
- Solicita el perdón por haber causado daño. No solo muestra tu arrepentimiento sino también haz saber que solicitas el perdón por el daño cometido.
- Repara el daño. Pon en marcha conductas para hacer consciente a la persona implicada que no solo te arrepientes y pides perdón, sino que también no vas a repetir el daño.
- ResponsabilÃzate. Sustituye la culpa por la responsabilidad.
- Poner distancia de personas que no dudan en alimentar el sentimiento de culpa sobre nosotros.
RECUERDA, aunque en muchos casos podemos gestionar la culpa por nosotros mismos cambiando el enfoque y mejorando nuestra autoestima, en ocasiones, es necesario solicitar ayuda experta. NO PODEMOS DEJAR DE LADO QUE LA CULPA PUEDE VOLVERSE CRÓNICA Y SUMIRNOS EN ESTADOS DE GRAN DESGASTE PSICOLÓGICO.
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