Eso de «los listos dudan y los tontos creen» tiene un nombre psicológico
O, más bien, un efecto. Se trata del efecto Dunning Kruger. Y es que cuanto más informados estamos, más conscientes somos de nuestras limitaciones.
El efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo según el cual los individuos con escasa habilidad o conocimientos sufren de un sentimiento de superioridad ilusorio, considerándose más inteligentes que otras personas más preparadas, midiendo incorrectamente su habilidad por encima de lo real. Este sesgo se explica por una incapacidad metacognitiva del sujeto para reconocer su propia ineptitud. Por el contrario, los individuos altamente cualificados tienden a subestimar su competencia relativa, dando por sentado erróneamente que las tareas que son fáciles para ellos también son fáciles para otros.
¿Conoces a algún profesional de la Medicina? Seguro que te podrá contar cómo se siente cuando algún paciente decide tomar un medicamento no prescrito por el médico, basándose en la errónea idea de que como paciente “ya sabe lo que le va bien y lo que no”. La automedicación, en este caso, es otro ejemplo claro del efecto Dunning-Kruger.
Conclusiones sobre el estudio Dunning-Kruger
Podemos asumir que, para cierta competencia o respecto a cierto área de conocimiento, las personas incompetentes:
- Se muestran incapaces de reconocer su propia incompetencia.
- Tienden a no poder reconocer la competencia de las demás personas.
- No son capaces de tomar consciencia de hasta qué punto son incompetentes en un ámbito.
- Si son entrenados para incrementar su competencia, serán capaces de reconocer y aceptar su incompetencia previa
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